La historia de Oasis Club Teatro es una historia de cambio, adaptación y sobre todo, de /ESPECTÁCULO/

Versión de un testigo de excepción desde el 1 de julio de 1945 hasta la eternidad Enrique Vazquez Hernadorena. Todo lo anterior, fue trasmitido de forma oral y pasional por Don Celestino Moreno Martínez, tío y mentor de Don Enrique.

La Posada Plasencia, según rezaba su cartel de entrada, nació de los cimientos de una de las tantas posadas que existían a finales del siglo XIX en el barrio del Gancho de Zaragoza. Fue el catalán JOSE MELICH VINAIXA, visionario y asiduo nocturno a la posada, quien se hizo con la propiedad y después de una remodelación de madera, barro y paja, en un sábado de gloria de 1909 lo convirtió en un local de ocio y distracción siguiendo la tendencia mundial de los felices años 20.

En 1923, un hombre con fornida presencia y genio desmedido, cliente y amigo de Don Melich, decidió dejar el campo para trasladarse a la capital y hacerse con la propiedad del que hasta ahora se llamaba ROYAL CONCERT, un salón de cabaret famoso entre infieles y algún fiel a escondidas. Don RICARDO MORENO, se convertiría desde entonces en la primera generación de empresarios del cabaret de la mítica sala pasando su propiedad después por tres de ellas.

Fueron muchos los cambios a los que se vio abocado DON RICARDO para subsistir y dar cada noche una funcióna la altura de las expectativas. Cambios políticos, modas, leyes propias de gobiernos de transición... Todo ellos hizo que que ingeniárselas en infinidad de ocasiones para superar dificultades que pusieron en riesgo la realización de funciones teatrales y musicales. Nada más adquirir el establecimiento en 1923, la dictadura de José Antonio Primo de Rivera prohibía los nombres extranjeros, por lo que tuvo que dejar de llamarse ROYAL CONCERT y traducirse al castellano por REAL CONCIERTO.


Este nombre perduró hasta el 14 de abril de 1931 con la proclamación de la Segunda Republica Española, obligando a cambiar de nuevo el nombre por SALÓN VARIEDES. Así, bajo ese título seria conocido el local de la calle Boggiero hasta que llego la demoledora Guerra Civil Española. Muchas son las historias que se vivieron entre sus muros de adobe en dicha contienda, ya que Zaragoza era punto de encuentro y recreo de los soldados que desde frentes cercanos luchaban en los alrededores con más ganas de divertirse que de combatir.

Así sobrevivió sus días entre borracheras de combatientes y juergas de “señoritos” hasta 1942. Ya acabada la guerra, Don RICARDO MORENO junto a su hijo Don CELESTINO MORENO MARTÍNEZ, decidieron convocar un concurso para cambiar el nombre, con la premisa de que la esencia se no viera comprometida.

Este concurso lo ganó un crítico teatral de Heraldo de Aragón, Don Pablo Cistué de Castro. Lo bautizó con el que él consideraba un nombre de paz después de la vorágine de la Guerra Civil Española: El Oasis.


Don RICARDO cedió la dirección del establecimiento por completo a su hijo Don CELESTINO que estaría en constante evolución para hacer de EL OASIS, uno de los Cabaret más importantes y populares de España. Su escenario fue reubicado después de una importante reforma en el año 1931 que cambió su orientación oeste por otro con mucha más presencia y altura ubicándolo en un frontal con orientación norte. Desde entonces el escenario cubriría parte del espacio que en antaño servía de pista baile. Fue Freixenet quien firmaría esta reforma marcando su logo en el imponente suelo de madera, algo inédito en esos tiempos.

Por este nuevo escenario pasarían CHAVALILLOS SEVILLANOS (posteriormente pasarían a llamarse ROSARIO Y ANTONIO), CARMEN AMAYA, ESTRELLITA CASTRO, MARIFÉ DE TRIANA, CAMARÓN DE LA ISLA, TANIA DORIS, BEBE PALMER, ANDRÉS PAJARES, PILAR LAHUERTA, “MARIANICO “EL CORTO”… y un elenco de artistas más que hicieron de este pequeño teatrillo un lugar de fama nacional e incluso, a veces, internacional.

El Oasis, en su larga, dificultosa, imprevisible y eterna subsistencia, ha cambiado de registro para ofrecer al público y fieles asiduos, lo que demandaba en cada momento, adelantándose incluso a su tiempo, pero siempre preservando la filosofía del trabajo desde sus inicios y luchando constantemente por mantener viva la esencia del “espectáculo debe continuar”.

Salón de Variedades, uno de los mejores (o el mejor) Cabaret de España, sala de juego (donde se jugaban a la mesa de los caballitos a peseta la jugada), Club de Jazz, tablao flamenco, restaurante, merendero militar, sala de conciertos (llegó a actuar hasta una orquesta de cámara celebrando el día de Santa Cecilia, patrona de los músicos) y en su última (que no definitiva) etapa, se ha reconvertido en discoteca y sala de conciertos pasando a llamarse…/OASIS CLUB TEATRO/